Balantidiasis

La balantidiasis es una enfermedad infecciosa rara en seres humanos, causada por el parásito Balantidium coli, un protozoo ciliado (organismo unicelular con cilios) que infecta con frecuencia a los cerdos, mono, caballo y ratón salvaje. El B. coli es el protozoario más grande que parasita al hombre transmitida por aguas infectadas con los quistes del parásito. Es una enfermedad que muy rara vez se encuentra fuera de los criadores de cerdos.

Morfología

El trofozoíto tiene una forma oval y su cuerpo está rodeado de pequeños filamentos o cilios en constante movimiento, en un extremo tiene un citostoma o boca y en otro tiene un citopigio, así mismo tiene dos núcleos llamados macronucleo y el pequeño micronucleo. El quiste es redondo con doble contorno y contiene un solo balantidium.

Ciclo vital

Se inicia cuando se ingiere alimentos o agua contaminados con quistes, este llega al estómago donde la membrana es degradada parcialmente por los jugos estomacales de ahí pasa intestino delgado donde se desenquista, el siguiente paso se lleva a cabo en el colon ahí se reproduce por división binaria. Cuando es arrastrado por los alimentos se enquista envolviéndose en una membrana muy resistente y es expulsado junto con las heces, al llegar al suelo suelen ser ingeridos por los cerdos los cuales se contagian y a su vez a los humanos también se pueden convertir en reservorios de la enfermedad.

Cuadro clínico

  • Balantidosis: úlceras en el colon;
  • Disentería Ciliar: gran producción de moco, hemorragias en la mucosa del colon.
Código CIE-9-MC: 007.0
En humanos la infección puede ser asintomática (no tener ningún síntoma) o presentar diarrea leve y molestias abdominales. En otros casos se pueden experimentar síntomas asociados a inflamación aguda del intestino; como meteorismo y dolor abdominal
Los síntomas de balantidiasis pueden ser similares a los de otras infecciones que causen la inflamación intestinal (ej. disentería amebiana).

Tratamiento

Se han reportado tratamientos exitosos con metronidazol, tinidazol, secnidazol y tetraciclina.

Diagnostico

  • Parasitoscopico preferentemente con la técnica de ritchie.
  • Técnica de baerman.

Giardiasis

La giardiasis es una enfermedad diarreica ocasionada por la Giardia intestinalis (conocido también como Giardia lamblia), un parásito microscópico unicelular que vive en el intestino de las personas (intestino delgado en su porción anterior (duodeno)) y se transmite en las heces de una persona o animal infectado. Este parásito está protegido por una cobertura exterior que le permite sobrevivir fuera del cuerpo y en el medio ambiente por largos períodos.
Durante las dos últimas décadas, Giardia se ha reconocido como una de las causas más comunes de la enfermedad transmitida por el agua (de beber y recreativa) en los humanos en los Estados Unidos. El parásito se encuentra en todas las regiones del mundo.
Considerada también como enfermedad de transmisión sexual por el factor de riesgo en el sexo anal sin protección.



Epidemiología

La infección por G. lamblia se conoce como diarrea del viajero. Es una parasitosis cosmopolita y predominante en niños quienes por lo general son asintomáticos y, en casos crónicos, causa mala absorción y desnutrición. Los casos sintomáticos suele ser en adultos.

Cuadro clínico

Gran parte de los portadores son asintomáticos. En los pacientes en los cuales se producen síntomas, aparece una diarrea repentina de característica forma pastosa o líquida, amarilla, maloliente con moco y acompañada por cólicos y malestar general. En la fase subaguda, la diarrea tiende a ser intermitente en particular después de las comidas. Suele haber dolor abdominal, náuseas, anorexia, flatulencia, meteorismo, aerogastria y pérdida de peso. Se han descrito otros síntomas relacionados con mecanismos de hipersensibilidad como rash, urticaria, habones. En niños con giardiasis crónica se percibe retardo en el crecimiento y síndrome de malabsorción con pérdida considerable de peso.

Diagnóstico

Ante la presencia de síntomas característicos y elementos epidemiológicos conclusivos, se suele hacer un examen de heces, por la observación directa de los quistes ovoides de doble membrana bajo el microscopio, aunque éstos no son visibles sino solo en aproximadamente el 50% de los pacientes infectados, de lo cual se deduce que un examen negativo no excluye la infección por giardia. La sensibilidad aumenta si estos estudios se hacen seriados. El diagnóstico específico se debe hacer mediante diagnóstico coproparasitoscópicos (CPS), ya sea del método Faust (por flotación) o el método del Lugol. Ocasionalmente se examina el jugo duodenal y con menos frecuencia se realiza una biopsia del duodeno. También existe una prueba inmunitaria denominada ELISA, por inmunoensayo enzimático. Estas pruebas muestran una tasa de un 90% o más de acierto en la detección.

Tratamiento

  • Metronidazol: ADULTOS: 250 mg vía oral 1 cápsula c/8hrs. por 5 días.
  • Tinidazol: 600 mg/kg de peso/día, vía oral por 3 días o 2 g en dosis única en adultos.
  • Furozalidona: 7 mg/kg de peso/día, vía oral por 8 días.
  • Albendazol: 400 mg/ vía oral por 5 días.


Amebiasis (disentería amebiana)

La amebiasis o amibiasis es una enfermedad parasitaria intestinal de tipo alimenticia producida por la infección de la ameba Entamoeba histolytica, protozoo rizópodo muy extendido en climas cálidos y tropicales. El parásito se adquiere por lo general en su forma quística a través de la ingestión oral de alimentos o líquidos contaminados. Cuando invade el intestino, puede producir disentería, aunque también puede extenderse a otros órganos.


Síntomas

De cada 10 personas que se les detectan el parásito, una de ellas desarrollará síntomas, los cuales pueden variar desde unas pequeñas diarreas hasta casos más graves. La enfermedad desarrolla dos fases:
  • Fase aguda: es la más grave, y puede durar de semanas a meses. El enfermo presenta fuertes dolores abdominales y heces sanguinolentas.
  • Fase crónica: puede durar años, y si no se trata puede llevar a la muerte. En este caso, se alternan diarreas leves con estreñimiento.
Si la enfermedad se agrava, se pueden producir complicaciones, tales como perforaciones del intestino o amebiasis cutánea (úlceras alrededor del ano cuando la disentería amebiana es muy intensa) o puede conducir a la formación de abscesos en el hígado, los pulmones, y con menos frecuencia en el corazón; en casos raros puede incluso alcanzar y lesionar el cerebro


Diagnóstico

Las infecciones humanas asintomáticas son usualmente diagnosticadas con la demostración directa de los quistes del parásito en las heces. Existen métodos de flotación y sedimentación que permiten recobrar los quistes de la materia fecal y con el uso de coloraciones se permite la visualización de los elementos parasitarios en el examen microscópico. Debido a que los quistes no son expulsados continuamente, puede ser necesario realizar un mínimo de 3 muestras para su determinación. En las infecciones sintomáticas, la forma vegetativa o trofozoíto puede ser observada en las heces frescas.
Los exámenes serológicos existen y la mayoría de los individuos resultarán positivos para la presencia de anticuerpos, tengan o no sintomatología. Los niveles de anticuerpos resultan mayores en pacientes con abscesos hepáticos. La serología empieza a ser positiva unas dos semanas después de la infección inicial.
Los procedimientos más recientes incluyen una prueba que detecta la presencia de proteínas amebianas en las heces, y otra que demuestra la presencia de ADN de la ameba en heces. Son pruebas costosas, por lo que no son de amplia distribución.

Microscopía

La microscopía sigue siendo el método de diagnóstico de la amebiasis más usado en el mundo. Sin embargo carece de la sensitividad, precisión y exactitud de otros exámenes disponibles. Es importante poder distinguir entre un quiste de E. histolytica y el de otros protozoos intestinales no patógenos, tales como la Entamoeba coli, por razón de la similitud de sus apariencias físicas bajo el microscopio. Los quistes de la E. histolytica tienen un máximo de cuatro núcleos, mientras que el comensal Entamoeba coli, puede tener hasta ocho núcleos. Adicional a ello, el endosoma de la E. histolytica tiene localización céntrica, mientras que es lateral en la Entamoeba coli. Finalmente, los cuerpos cromatoides en la E. histolytica son esféricas, y alargadas en la Entamoeba coli.
Otras especies como Entamoeba dispar y E. moshkovskii, que son también comensales, son mucho más difíciles de distinguir bajo el microscopio, de una E. histolytica. Debido a que la Entamoeba dispar es más prevalente que la E. histolytica, en la mayoría de los casos, a nivel mundial, se les diagnostica erradamente como una infección de E. histolytica. La OMS recomienda que las infecciones diagnosticadas solo por el uso del microscopio, no deberían ser tratadas si son pacientes asintomáticos y cuando no haya otra razón de peso para sospechar que la infección de hecho sea E. histolytica.

Tratamiento

Las infecciones de E. histolytica ocurren tanto en el intestino y (en individuos con síntomas) en el tejido intestinal y/o hepático. El tratamiento para la infección amebiana intestinal asintomática en las regiones no endémicas, se basa en los medicamentos que tienen acción amebicida en el lumen del intestino, como el furoato de diloxanida, el iodoquinol, la paramomicina. En la infección moderada o severa y en la infección extraintestinal se utiliza el metronidazol (o tinidazol) más un amebicida luminal. En el tratamiento del absceso hepático amebiano se utiliza el metronidazol (krodex f) y en casos raros en que falla esta terapia se adiciona cloroquina al tratamiento.

 Profilaxis

Como medidas preventivas, destacan:
  • Tratamiento de aguas con cloro y sistemas de filtrado para la eliminación correcta de aguas residuales.
  • Higiene personal y alimenticia: lavarse las manos antes de comer, cocinar, etc.
  • Las prácticas sexuales anales, deben retrasarse hasta una completa recuperación

                                       

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